Una reflexión sobre la tecnología

          Hace 17 años, cuando comencé mis estudios terciarios de Técnico Superior en Análisis de Sistemas ni siquiera me imaginaba que la tecnología pudiera avanzar tan rápidamente, ni que una computadora fuese tan importante para un ser humano, al punto tal de considerarla, en algunos casos, como “una extensión de su propio cuerpo”.
          La primera vez que me senté a trabajar en una computadora, fue en mi primer año de terciario. Era una 286, sin disco rígido, con sistema operativo MS DOS, que debía cargarse desde de un disquete de 5 ¼ pulgadas. Para cualquiera que recién se inicia en conocimientos de informática, todo lo que acabo de describir le puede parecer “chino”, pero no lo es. Ocurre, que en esta última década los cambios y adelantos han sido como un tsunami, no nos hemos dado cuenta en qué momento cambiamos de un Windows 3.1 a un Windows 7, y cómo las comunicaciones nos han permitido, en segundos, acceder a toda la información del mundo a través de Internet.
          Todos los días concurren al laboratorio de informática, alumnos y docentes de todas las áreas para desarrollar distintas tareas como aplicación a los trabajos inherentes a su materia. Considero que el uso de los weblogs o bitácoras serían una herramienta que les permitiría desarrollar contenidos de manera sencilla, tal como lo indican en el apunte que hemos leído José Luis Orihuela y María Luisa Santos.
          El uso de una computadora en la escuela hace que la educación se convierta en una tarea más amena y eficiente. Pero no hay que dejar de lado en ningún momento el uso del lápiz y el papel: “para usar la calculadora, primero debemos aprender a usar la cabeza”.